Él Yo no comprendía, lo que ese momento significaría para mí. Fue una noche de verano cuando lo conocí, Él era alto y blanco como lo soñé, Oh, qué agradable era, pensé yo. Mientras Él se acercaba, despertaba una curiosidad en mí, Quería desnudar su alma, Acariciar su corazón, Tocar su interior, Pero jamás pensé que en esa noche, era El, el que haría ese efecto en mí. Sus ojos eran negros, brillantes, como el cielo en la noche, Recuerdo que tomamos un helado, mientras Él me miraba fijamente, Su voz era suave y dulce, que me hacía sonreír, ¿Qué efecto tendría él en mí? ¡Pues calló mi boca en ese instante, Y me convertí en una admiradora de su voz y del brillo de sus ojos! Luego en esa noche, nos sentamos juntos. Yo empecé hablar, mientras Él me escuchaba, Y en mi interior me decía a mí misma: ¡Ojalá no escuche los latidos de mi corazón! ¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza! Mientras mis mejías rojas me exponían nuevamente. ¿Será que le gusto? Me preguntaba a mí misma, ¿Era mi conversación aburrida? ¿Cómo saberlo? Él simplemente me escuchaba, Mientras me perdía en su mirada. Y fue en ese momento cuando mi corazón empezó hacer tic, tac.